viernes, 24 de febrero de 2012

A veces creo que lo único que me separa de ser un calco de vos, viejo, es el hecho de pertenecer al género femenino. 
A veces me encuentro pensando que capaz soy un poquito más sincera que vos. Que no miento, como solías hacerlo.
También hay veces que me doy cuenta que tengo más cojones. Que me la banco de pie, acá y con una valentía que nadie de mi familia supo demostrar en estos 5 años.
Pero hay veces en las que pienso que somos mucho más parecidos de lo que me gustaría. ¿Quién me entiende? Nada deseo, deseaba, y voy a desear más que ser igual a vos. Que ser tu recuerdo vivo, tu calco, tu hija.
Pero hay veces en las que uno tiene que crecer. Por elección propia, o por simples causas de la vida. A mi me gusta crecer. Siempre me gusto hacerlo, hasta cierto punto. Crecer y seguir siendo yo. Ahí esta el problema, ¿Saben? Muté tanto aquel Nueve de Junio. ¿Soy yo la que en verdad está acá? Me refiero a que... Cambié para no parecerme a vos. Me diferencié de todo aquello que no me gustaba de vos. De todo lo que me hizo sufrir, de todas esas cualidades tuyas que sin querer me hacían explotar la cabeza.
Ojo, no es nada fácil. Con el tiempo se acepta, no es lo mejor. Creí muchas veces (Cuando aún seguía vivo) que no podría nunca vivir sin él. Pero acá estoy, de pié. Dando batalla. Solucionando todos los problemas que dejaste cuando te fuiste, yo sola. No es lindo, pero al fin y al cabo, es vivir. 
No me quejo, se que, en esto, sola estoy mejor. Reciente aprendizaje. 
No es un pase de factura, no. No tendría a quién hacerselo. Sea lo que sea, ya se pasó mi cuarto de hora para decirte todo lo que quería decir. Es, simplemente, como veo hoy las cosas. Puede ser que mañana las vea distintas.
Me convertí en esto que soy, con todo lo bueno y lo malo, intentando ser una copia de vos mejorada. Me salió así, y así lo quería. Me escapé de los fantasmas, respondí preguntas que me atormentaban, superé mis miedos, me armé de valor, y salí al mundo. 
Duele. Y mucho.
Lastima más que nada darse cuenta que todo aquello que siempre tuviste como ejemplo, y en un pedestal se cae de un momento para otro. Pero de esos golpes ya aprendí bastante, ¿No? Me formé a los aporreos de esta vida amarreta. Y todos los días lo agradezco. Yo se que nada ni nadie me para después de todo eso.
... ¿Pero que pasa cuando dudo hasta de mí? ¿De mi fuerza? ¿De mi valentía? ¿De todo eso que cambié para ser mejor? ¿Qué pasa cuando un día como hoy, no se de que disfrazarme? No llegué hasta acá para tirar la toalla así nomás. Pero cuentas veces consideré eso como una opción valida.
Fueron más las veces que tuve ganas de correr, que las ganas que tuve de pelear. Lo admito.
Pero también fueron más la cantidad de veces que ne dije que no a mi misma, y la seguí peleando.
Entonces, ¿Por qué se me hace tan difícil ahora?
Me lleno la boca hablando de valentía, y acá me tenes... Moqueando hace una semana por que tengo que ir sola con mi hermano al cine.
Pero, con todo lo que aprendí, ¿No debería ser sólo una rutina para mí? Exacto.
Horas discutiendo conmigo misma. No voy a perder todo lo que logré en 5 años. Me costó lo suficiente como para sentirme orgullosa de mí cabeza. 
Me voy a poner el más lindo disfraz, los más lindos anteojos en 3d que tengan en el cine, y a disfrutar de la función