miércoles, 5 de enero de 2011

Soy lo que dejaron, soy toda la sobra de lo que se robaron. Un pueblo escondido en la cima, mi piel es de cuero por eso aguanta cualquier clima. Soy una fábrica de humomano de obra campesina para tu consumo. Frente de frio en el medio del verano, el amor en los tiempos del cólera, mi hermano. 
El sol que nace y el día que muere, con los mejores atardeceres. Soy el desarrollo en carne viva, un discurso político sin saliva. Las caras más bonitas que he conocido, soy la fotografía de un desaparecido.
Soy la sangre dentro de tus venas, soy un pedazo de tierra que vale la pena. Soy una canasta con frijoles. Soy Maradona contra Inglaterra anotándote dos goles.
Soy lo que sostiene mi bandera, la espina dorsal del planeta es mi cordillera. Soy lo que me enseño mi padre, el que no quiere a su patria no quiere a su madre. Soy América latina, un pueblo sin piernas pero que camina.
Tengo los lagos, tengo los ríos. Tengo mis dientes para cuando me sonrío. La nieve que maquilla mis montañas. Tengo el sol que me seca y la lluvia que me baña. Un desierto embriagado con bellos de un trago de pulque, para cantar con los coyotes, todo lo que necesito. Tengo mis pulmones respirando azul clarito. La altura que sofoca. Soy las muelas de mi boca mascando coca. El otoño con sus hojas desmalladas.
Los versos escritos bajo la noche estrellada, una viña repleta de uvas. Un cañaveral bajo el sol en cuba. Soy el mar Caribe que vigila las casitas, haciendo rituales de agua bendita. 
El viento que peina mi cabello, soy todos los santos que cuelgan de mi cuello. El jugo de mi lucha no es artificial, porque el abono de mi tierra es natural.
Trabajo en bruto pero con orgullo, aquí se comparte, lo mío es tuyo. Este pueblo no se ahoga con marullos, y si se derrumba yo lo reconstruyo. Tampoco pestañeo cuando te miro, para que te acuerdes de mi apellido. 
La operación cóndor invadiendo mi nido
¡Perdono, pero nunca olvido!